Tratamiento Internet
La Sociedad Americana de Medicina de las Adicciones (American Society of Addiction Medicine) definió las adicciones conductuales como factores que influyen en un cambio en el cerebo similar a los que se observan con las adiciones a sustancias. Estamos ante una “búsqueda patológica de recompensas”. El comportamiento común asociado a esta búsqueda es, entonces, excesivo. Nos referimos, en este sentido, al comportamiento que remiten a una obsesión por las compras, el uso de internet, los juegos, la pornografía, las cirugías plásticas, el ejercicio físico, el sexo, la limpieza, la codependencia y muchas otras que puede desarrollar una persona.
La adicción a Internet es un desorden del comportamiento que hace que el individuo ponga en un segundo plano todas sus responsabilidades personales, familiares, sociales y profesionales.
Algunos de los signos más comunes de la dependencia a Internet se presentan de la siguiente forma:
- Preocupación constante por estar “online”;
- Mentir sobre el tiempo que se pasa en Internet;
- Mentir sobre el tipo de contenidos visualizados;
- Dolores musculares en la columna;
- Aumento de peso;
- Pérdida de sueño (como resultado de la estimulación psicológica y distanciamiento social);
- Aislamiento, pérdida de socialización e higiene personal.
Las personas dependientes de Internet tienden a utilizarlo para compensar y aliviar la tensión y la depresión, prefiriendo el plazer temporal obtenido a través de relaciones virtuales a relaciones emocionales más significativas, que a menudo se sienten incapaces de lograr.
En el tratamiento de la dependencia a Internet no nos centramos en el comportamiento, sino en romper el ciclo del ritual, cambiar el comportamiento y, más tarde, eliminar la culpa, vergüenza y la desesperación.
Las personas que sufren con esta adicción pueden recuperarse y (re)aprender a vivir de una manera serena, tranquila y equilibrada con el presente.
El abordaje terapéutico para este tipo de adicción se realiza a través del modelo terapéutico Change & Grow® aplicado en las más diversas formas de terapia individual y grupal. Es vital para el éxito del tratamiento que el individuo acepte la enfermedad, libere el pasado, defina objetivos para el futuro y desarrolle estrategias de coping (afrontamiento) de prevención a la recaída. La duración de este proceso terapéutico, en régimen de internamiento, se desarrolla entre un período de aproximadamente 90 a 150 días. Después del tratamiento se recomienda frecuentar de forma regular los grupos terapéuticos mensuales de After-Care.